28 de diciembre de 2008

Scott O'Grady, el piloto norteamericano que sobrevivió a la guerrilla Serbia


Lugar:              Mrkonjić Grad, Bosnia

Día:                  2 de Junio, 1995

Contexto:        Guerra en Bosnia y Herzegovina

 

 

En la mañana del 2 de junio de 1995, comenzó el incidente que definió al piloto de la Fuerza Aérea estadounidense, Scott O'Grady, como un hombre “duro de matar”.

 

Ese día, realizando un vuelo de reconocimiento rutinario, los instrumentos del F-16 de O'Grady le informan que dos misiles (SAM-6 disparados desde tierra por un SA-6 Gainful) se dirigen a su avión, a pesar de estar sobre las nubes, lo que debiera bloquear el sistema de radar del misil. Practicando maniobras evasivas logro evadir el primero de los misiles que estallo entre su avión y el de su compañero; pero el segundo lo golpeo justo en la parte inferior del avión causando que el F-16 se partiera en dos, a los pocos segundos O'Grady se eyecto.

 

SA-6, transporte móvil para mísiles tierra-aire, de origen soviético.


Aterrizó entre los riscos y los árboles de la zona, sin ninguna lesión grave. Escondió la tela del paracaídas y se alejó a toda prisa, consciente de que los serbios intentarían cazarle, para mala suerte de él con la prisa olvido llevarse las raciones de alimento y agua.

 


A los pocos minutos oyó a la escuadrilla de serbios que se aproximaban; tumbándose boca abajo, utilizo sus guantes de vuelo para cubrir las partes expuestas de su cara, consiguiendo eludir el rastreo visual de los serbios. Unos momentos después un adolescente y un hombre adulto pasaron junto a el, sin verlo y, a continuación, vio a hombres armados que se congregaron en los alrededores. Escuchó disparos y estaba seguro de que sería capturado cuando los serbios continuaron su búsqueda durante la noche. "Gracias a Dios no había perros allí", dijo después de su rescate.

 

O'Grady dormía durante el día, cubriéndose con redes de camuflaje, y se movía sólo entre la medianoche y las 4 a.m. debido a que los serbios seguían en la zona en busca de los restos del avión y del piloto. Equipado con un folleto de supervivencia, una radio, un botiquín de primeros auxilios, bengalas de socorro y una brújula, puso aprueba las lecciones aprendidas durante su entrenamiento. Utilizo unas pequeñas bolsas para capturar el agua de lluvia, y se alimento de hierbas e insectos.

 

Durante seis días, logró despistar a las patrullas enviadas a buscarle por los desolados bosques del noroeste de Bosnia. Llevaba una quemadura en la nuca causada por el misil, estaba deshidratado, se sentía cansado, sufría hipotermia y tenía un hambre feroz, pero no desfalleció.

 


Al cuarto día comenzó a utilizar la radio, ya que se le había enseñado que muchos suelen ser capturados por utilizar la radio demasiado pronto después del accidente, revelando su posición. Activaba su pequeño emisor de radio y enviaba una señal de auxilio, gastando cada vez más la poca batería que le quedaba. Al día siguiente, a las 2,30 de la madrugada, consiguió por fin contactar con un cazabombardero F-16 que surcaba el cielo de Bosnia en misión de reconocimiento.

 

«Me estoy quedando sin baterías», explicó O'Grady. «Tengo unas ganas de mil demonios de salir de aquí».

 

El tripulante del F-16 era de su mismo escuadrón -el US 555 con base en Aviano- e identificó inmediatamente la voz del tenaz O'Grady. Le pidió sus coordenadas y pasó la información al centro de mando. Inmediatamente, se puso en marcha una arriesgada operación, en la que intervinieron 40 marines especializados en rescates, dos helicópteros CH-53 y 38 aviones, desde cazabombarderos F-18 y F-15, hasta AWACS o EF-11 y EA-6B (avión especializado en desactivar los radares enemigos).

 

O'Grady había sido localizado a 35 kilómetros al sur de la bolsa musulmana de Bihac, a escasa distancia del lugar donde se estrellaron contra el suelo los restos de su F-16. Los helicópteros partieron de la cubierta del USS Kearsarge a las 5,30 y llegaron una hora después al punto señalado. Descendieron para permitir a los marines saltar a tierra y formar un círculo defensivo. El sol estaba ya bastante alto, porque aquí amanece alrededor de las cinco de la mañana, pero al principio no vieron a nadie.

 

Cuando el coronel Martín Berndt, al mando de la operación, se asomó por la portezuela delantera, observó cómo un hombre con barba de varios días, uniforme de piloto y un sombrero de playa, emergía de la espesura y cruzaba al trote el medio centenar de metros que le separaban del aparato.

 

«Lo agarré del brazo y tiré de él con fuerza hacia arriba», aseguró el coronel Berndt. "Estoy listo para recibir el infierno fuera de aquí", dice O'Grady; «Debía de estar muerto de hambre, porque tomo una MRE (ración de combate) e intentó comérsela» comento Berndt. La tripulación envolvió con una manta al piloto, que se derrumbó, aliviado y agotado.

 

MRE o Meal, ración de combate del ejercito norteamericano.


Los marines se replegaron velozmente hacia los helicópteros. Ya habían sido descubiertos por los serbios desplegados en las inmediaciones porque, en el momento de despegar, escucharon fuego de fusilería y vieron cómo pasaba silbando un SAM-7 (misil antiaéreo que se disparada desde el hombro). Mientras se elevaban se escuchaban las balas golpeando el fuselaje del helicóptero, una de las balas pego justo en la cantimplora de un Marine, evitando que le impactara en la pierna.

 

El SAM-7 es un misil de origen soviético, que se lanza con un tubo desde el hombro. Se hicieron famosos en la guerra del Yom Kippur, cuando la infantería egipcia derribó con ellos un número considerable de aviones israelíes.


Alrededor de las ocho de la mañana, el capitán Scott O'Grady y sus salvadores llegaban al Kearsarge, cuya tripulación les recibió con una explosión de júbilo y alguna salva de ametralladora al aire.

 

Arribo de O'Grady al portaaviones USS Kearsarge.



Clinton alabó la «inspiración» de O'Grady y calificó a todos los que intervinieron en el rescate de «héroes americanos». El responsable del flanco sur de la OTAN, almirante Leighton Smith, mostró su admiración por O'Grady, de quien dijo que era “un hombre duro”.

 

Si el piloto se hubiera dejado llevar por las prisas, los serbios le habrían capturado. Scott O'Grady tuvo sangre fría, aguantó el frió de la noche Bosnia, comió insectos para aplacar el hambre, se acurrucó entre las rocas cada vez que sintió aproximarse a los serbios y, al final, fue rescatado intacto y sonriente.

 

Portada de la revista Time, 19 Junio 1995.


Tres años después de haber sido rescatado,  O'Grady continúa en servicio activo en la Fuerza Aérea de los EE.UU. En mayo de 2007, completó una maestría en estudios bíblicos en el Seminario Teológico de Dallas.

 


Hollywood llevo esta historia al cine en 2001 bajo el nombre “Behind Enemy Lines” (Tras las líneas enemigas). La película esta adornada con una gran cantidad de situaciones que nunca ocurrieron, pero a pesar de ello, a mi parecer refleja con bastante exactitud el ambiente bélico de la guerra en Bosnia al que se vio enfrentado O'Grady. En esos años, el genocidio rural - a veces solo como parte del entrenamiento de las guerrillas bosnias - era cosa de cada día.

 

También existen dos documentales sobre la historia, uno es “Situación Critica: Rescate en Bosnia” de National Geographic Channel y el segundo es “Escape de Bosnia: La historia de Scott O'Grady” de History Channel.


Situación Critica: Rescate en Bosnia, National Geographic Channel (Completo)


Partes II, III, IV y V.

 

- Paginas de apoyo: X, Y, Z.

- Contenido de las MRE (Raciones de combate) cronológicamente (en ingles)

- Más imágenes del SA-6 y otros vehículos militares serbios.

- Articulo completo de la revista militar “Armed Forces Journal” (en ingles).

 

 

 

25 de diciembre de 2008

La Gran inundación de melaza de 1919


El 15 de enero de 1919, un sonido sordo emanaba brevemente de los 15 metros de altura del tanque de melaza de la Purity Distilling Company. Este sonido fue escuchado sólo por un momento, cuando fue interrumpido por una gran explosión del tanque de hierro de media pulgada de espesor, que lo mando a volar por el aire en tres grandes pedazos. La fuerza de la explosión demolió varios edificios cercanos, incluyendo una estación de bomberos, que fue aplastada por uno de los pedazos del tanque, y las oficinas de la compañía que también fueron aplastadas.

 

El tanque de melaza antes de la explosión.


Aún más catastrófico, el contenido de 8,700,000 litros de melaza fueron vertidos en la ciudad. Una enorme ola de melaza de entre 3 a 5 metros de altura fluía con una rapidez de 56 km/h por las calles de los alrededores, empujando los edificios de sus cimientos y volcando vagones, carros, caballos y automóviles. Rompió las vigas de una vía elevada de tren, lanzando al tren fuera del carril. Las calles se llenaron rápidamente con los desechos de la pegajosa sustancia hasta casi un metro de altura.

 













Las labores de rescate comenzaron de inmediato, pero la mayoría de los que se aventuraron en el desastre rápidamente quedaron atascados en la melaza, y tuvieron que rescatarse a sí mismos. Algunos supervivientes fueron vistos huyendo de la caótica escena cubierto de pies a cabeza con melaza.

 








La causa exacta de la explosión no fue determinada, pero se atribuye a temperaturas muy altas combinado con defectos en el tanque. Los informes indican que cuando el tanque se llenaba con la melaza, las fugas no eran visibles por que el color marrón de la melaza las ocultaba.

 

En total, 21 personas murieron en el desastre, en su mayoría debido al aplastamiento por escombros y la asfixia, y 150 resultaron heridos. Se dice que un abogado de Purity Distilling Company llegó al lugar en cuestión de horas y trató de culpar a activistas anarquistas del hecho , pero a pesar de esta continua insistencia, la empresa pagó alrededor de 1 millón de dólares como compensación por los daños, equivalentes a unos 11 millones de dólares de hoy. El color café se mantuvo durante el resto del invierno y la primavera, y tomó más de seis meses para limpiar las estructuras, los automóviles, y calles empedradas de la suciedad pegajosa.

 

Mapa de Boston que indica la ubicación del desastre.



En una coincidencia, la 18 ª enmienda de la Constitución de los EE.UU. fue ratificada al día siguiente, lo que dio comienzo a la famosa “Ley seca”.

A pesar de que han pasado casi 90 años desde la inundación, dicen que en un día caluroso, todavía se puede distinguir la melaza en algunas calles de Boston.


Placa conmemorativa del incidente.

 

Una de las zonas afectadas por el accidente en la actualidad.


Mas información: http://en.wikipedia.org/wiki/Boston_molasses_disaster

 

Descripción de algunas de las imágenes: http://store.bpl.org/gallery.asp?page=1&gallid=47


La inundación de cerveza en Londres

El 17 de octubre de 1814, un desafortunado incidente relacionado con la cerveza, tuvo lugar en Londres. Una enorme tina con más de 615,000 litros de cerveza en fermentación sucumbió ante el paso del tiempo, liberándose con fuerza explosiva. El impacto destruyo otros depósitos en el mismo edificio, causando que más de 1,500,000 de litros de cerveza rompieran una pared de ladrillo y se vertieran en las calles de la parroquia de St. Giles.

 

Barril de cerveza de estructura similar al utilizado en Londres a comienzos del Siglo XIX.


El impacto de esta oleada masiva de cerveza fue desastroso. Hombres y mujeres fueron arrastrados por la ola, lanzados contra las paredes y los escombros. La ola de cerveza destruyo completamente dos casas, e inundo muchas otras. Una pared de un pub cercano se derrumbo ante la presión de la ola, sepultando a una camarera durante varias horas.

 

En total murieron nueve personas: ocho por inmersión y una por intoxicación alcohólica. La mayoría de las víctimas eran personas pobres que perdieron sus herramientas o mercancías de trabajo y/o sus propiedades.

 

Tanque para almacenamiento de agua potable con capacidad para 1,500,000 litros, cantidad similar a la cerveza derrama en el desastre.


Poco después de la inundación, los sobrevivientes se apresuraron a salvar lo que podían de la preciosa cerveza, recogiéndola en macetas, latas, y hervidores. Algunos simplemente utilizaban sus manos que metían en positas de cerveza sucia.

 

Tomó semanas para que el hedor de la cerveza se diseminara completamente. La cervecería fue llevada ante los tribunales, pero el caso fue determinado como un "Acto de Dios" por el juez y el jurado, sin dejar responsables por el hecho.